Este es, de nuevo, un artículo cargado de SPOILERS, por lo que ya sabéis quién no tiene que seguir leyendo ;)
En el mapa podréis observar que la región que rodea Mareilah se encuentra bastante más detallada, esto se debe a que es donde pretendo comenzar a dirigir, y por tanto donde estoy empezando a dar vida.
En futuros artículos os contaré más de ésta Teocracia.
La Corona: diversas tribus goblinoides hacen de estas montañas su morada. En sus altas cumbres y nieves eternas pueden encontrarse también ogros, gigantes e incluso algún dragón rojo. Las incursiones a los valles son escasas pero sangrientas, siendo los elfos del Bosque Profundo los que se llevan la peor parte.
La Gran Batalla: ya se ha perdido en las nieblas de la historia. Pero fue en las praderas de La Gran Batalla donde el Emperador Augusto Joano II pereció en la que fuese una de las mas cruentas batallas de la historia del Imperio de Bronce. La rebelión de los golonitas del Este amenazaba la estabilidad de la cuna imperial y fue en estas praderas donde las legiones Imperiales frenaron a los belicosos golonitas, aunque a un alto precio: la vida de su emperador. Y con su muerte llego la maldición. Los restos de la Gran Batalla pueden verse aun entre las altas hierbas de la pradera: esqueletos de hombres y caballos y viejas armas y armaduras oxidadas, escudos con blasones olvidados. Pero lo peor es que ninguno de esos muertos descansa en paz y las miles de almas de legionarios imperiales y golonitas siguen vagando por el lugar. Hordas de esqueletos, zombis, gules hambrientos, sombras, espectros, fantasmas y demás calaña rondan la región convirtiendo en un suicidio adentrarse aquí. Y entre tanta muerte, en algún lugar, se encuentra el túmulo donde fue dada sepultura, en medio del caos de su muerte, al último Emperador de Bronce.
Bosque Profundo: en las profundidades de este espeso bosque se encuentra el reino elfíco de Sul’Danalah. Aunque durante los tiempos del Imperio no se trataba más que de una reserva en la que se permitía a los elfos imperiales conservar sus antiguos estilos de vida, la caída propició el resurgir del viejo orgullo de la raza élfica, la cual reconstruyó su antiguo reino y mantuvo los bosques limpios de goblins y otros monstruos. Los elfos guardan muy celosamente sus dominios y cualquier no elfo que se interne demasiado en el bosque corre el riesgo de nunca más volver.
Mar de las Espumas: durante la era del Imperio de Bronce este mar era surcado por cientos de naves que viajaban a occidente, donde el poder del Imperio se extendía. Grandes navíos traían los tesoros de oeste a la cuna del Imperio protegidos por grandes monstruos marinos sometidos por magia a la voluntad del Emperador. Pero con la muerte del Emperador y las guerras que le siguieron todas esas criaturas quedaron libres y comenzaron a destruir los navíos que una vez protegieron. Grandes serpientes marinas partían en dos los cascos de galeones y criaturas mucho peores atraían a los marineros a sus muertes entre arrecifes. Cuentan las leyendas que de todas las criaturas las peor es el Kraken, nunca nadie lo ha visto o al menos no ha vuelto para contarlo.
La Gran Barrera: aquí se encontraba el reino Enano de Kahar Matul. Durante la formación del Imperio de Bronce, los enanos cerraron las puertas de sus salones subterráneos para protegerse de la sed de conquista de los primeros emperadores. Lo que no podían imaginar era que al aislarse del exterior se quedaron encerrados con los habitantes de las profundidades. Ahora los salones del antiguo reino se encuentra vacíos o habitados por tribus de orcos, duergar, goblins, kobolds o cosas mucho peores. Los tesoros de la una vez cuna de la artesanía enana saqueados o escondidos a la espera de aventureros que los reclamen.
La Tierra de las Cien Tribus: esta región se encuentra en una guerra continua entre las tribus de humanoides, en su mayoría goblinoides, que asolaron el Imperio durante la caída. Tribus de goblins, orcos, hobgoblins o mezclas de ellas compiten por los territorios de la zona y sus recursos. En las ruinas de una de las antiguas ciudades del Imperio se ha proclamado un nuevo reino hobgoblin y en las praderas un poderoso caudillo orco esta uniendo a las tribus bajo su estandarte. En lo que todo esto pueda terminar está aún por decidir.
Galantha: una pequeña comunidad pesquera es la única civilización en la isla. El volcán es la antigua guarida de un poderoso hechicero, ahora habitada por sus antiguos siervos que se encuentran divididos en facciones y luchando entre ellos. En esta isla tiene lugar la aventura “Retorno a la Montaña del Penacho Blanco” o la aventura original en si misma.
Bosque de los Susurros: el nombre de este bosque no es fruto de la casualidad. Entre sus arboles moran todo tipo de criaturas malignas: brujas, diablillos, ninfas oscuras, arpías, fantasmas, espectros... Cualquiera que se aventure en el bosque lo menos que puede esperar es oír susurros. Algunos dragones verdes han hecho su morada en las zonas exteriores del bosque pero algo mucho peor se encuentra en el corazón, donde los arboles están muertos, algunos petrificados, el sol nunca atraviesa las copas de los arboles y una eterna niebla cubre el ceniciento suelo...
La Gran Batalla: ya se ha perdido en las nieblas de la historia. Pero fue en las praderas de La Gran Batalla donde el Emperador Augusto Joano II pereció en la que fuese una de las mas cruentas batallas de la historia del Imperio de Bronce. La rebelión de los golonitas del Este amenazaba la estabilidad de la cuna imperial y fue en estas praderas donde las legiones Imperiales frenaron a los belicosos golonitas, aunque a un alto precio: la vida de su emperador. Y con su muerte llego la maldición. Los restos de la Gran Batalla pueden verse aun entre las altas hierbas de la pradera: esqueletos de hombres y caballos y viejas armas y armaduras oxidadas, escudos con blasones olvidados. Pero lo peor es que ninguno de esos muertos descansa en paz y las miles de almas de legionarios imperiales y golonitas siguen vagando por el lugar. Hordas de esqueletos, zombis, gules hambrientos, sombras, espectros, fantasmas y demás calaña rondan la región convirtiendo en un suicidio adentrarse aquí. Y entre tanta muerte, en algún lugar, se encuentra el túmulo donde fue dada sepultura, en medio del caos de su muerte, al último Emperador de Bronce.
Bosque Profundo: en las profundidades de este espeso bosque se encuentra el reino elfíco de Sul’Danalah. Aunque durante los tiempos del Imperio no se trataba más que de una reserva en la que se permitía a los elfos imperiales conservar sus antiguos estilos de vida, la caída propició el resurgir del viejo orgullo de la raza élfica, la cual reconstruyó su antiguo reino y mantuvo los bosques limpios de goblins y otros monstruos. Los elfos guardan muy celosamente sus dominios y cualquier no elfo que se interne demasiado en el bosque corre el riesgo de nunca más volver.
Mar de las Espumas: durante la era del Imperio de Bronce este mar era surcado por cientos de naves que viajaban a occidente, donde el poder del Imperio se extendía. Grandes navíos traían los tesoros de oeste a la cuna del Imperio protegidos por grandes monstruos marinos sometidos por magia a la voluntad del Emperador. Pero con la muerte del Emperador y las guerras que le siguieron todas esas criaturas quedaron libres y comenzaron a destruir los navíos que una vez protegieron. Grandes serpientes marinas partían en dos los cascos de galeones y criaturas mucho peores atraían a los marineros a sus muertes entre arrecifes. Cuentan las leyendas que de todas las criaturas las peor es el Kraken, nunca nadie lo ha visto o al menos no ha vuelto para contarlo.
La Gran Barrera: aquí se encontraba el reino Enano de Kahar Matul. Durante la formación del Imperio de Bronce, los enanos cerraron las puertas de sus salones subterráneos para protegerse de la sed de conquista de los primeros emperadores. Lo que no podían imaginar era que al aislarse del exterior se quedaron encerrados con los habitantes de las profundidades. Ahora los salones del antiguo reino se encuentra vacíos o habitados por tribus de orcos, duergar, goblins, kobolds o cosas mucho peores. Los tesoros de la una vez cuna de la artesanía enana saqueados o escondidos a la espera de aventureros que los reclamen.
La Tierra de las Cien Tribus: esta región se encuentra en una guerra continua entre las tribus de humanoides, en su mayoría goblinoides, que asolaron el Imperio durante la caída. Tribus de goblins, orcos, hobgoblins o mezclas de ellas compiten por los territorios de la zona y sus recursos. En las ruinas de una de las antiguas ciudades del Imperio se ha proclamado un nuevo reino hobgoblin y en las praderas un poderoso caudillo orco esta uniendo a las tribus bajo su estandarte. En lo que todo esto pueda terminar está aún por decidir.
Galantha: una pequeña comunidad pesquera es la única civilización en la isla. El volcán es la antigua guarida de un poderoso hechicero, ahora habitada por sus antiguos siervos que se encuentran divididos en facciones y luchando entre ellos. En esta isla tiene lugar la aventura “Retorno a la Montaña del Penacho Blanco” o la aventura original en si misma.
Bosque de los Susurros: el nombre de este bosque no es fruto de la casualidad. Entre sus arboles moran todo tipo de criaturas malignas: brujas, diablillos, ninfas oscuras, arpías, fantasmas, espectros... Cualquiera que se aventure en el bosque lo menos que puede esperar es oír susurros. Algunos dragones verdes han hecho su morada en las zonas exteriores del bosque pero algo mucho peor se encuentra en el corazón, donde los arboles están muertos, algunos petrificados, el sol nunca atraviesa las copas de los arboles y una eterna niebla cubre el ceniciento suelo...
El Espejo: este enorme lago es uno de esos sitios donde la magia puede sentirse. Una vez albergó una gran fortaleza y la ciudad que protegía, pero nadie sabe como un día un lago ocupó ese lugar. Se dice que fue un castigo de un poderoso hechicero, un demonio, un genio o incluso los dioses mismos. La gente que se acerca demasiado al lago desaparece con frecuencia y aquellos lo suficientemente valientes para aventurarse a pescar en él dicen que cuando las aguas están claras se pueden divisar los restos de una fantasmagórica fortaleza en las profundidades.
Las Viejas Arenas: este interminable desierto oculta entre sus arenas los restos de civilizaciones anteriores al Imperio. Pocos de los que se aventuran a entrar en el vuelven, y tan solo una vez cada muchos años alguna caravanza proveniente del Lejano Oriente es capaz de llegar hasta Mareilah, contando relatos de los horrores del desierto pero más que dispuestos a comerciar.
Aguasmadre: este pantano es hogar del pueblo lagarto, quien lo adora como si de una diosa se tratase. Los secretos que puedan ocultarse entre sus aguas son desconocidos, aunque hay rumores de brujas del pantano, hombres sapo y otras cosas peores. Incluso se dice que en algún lugar se encuentra la guarida de un viejo dragón negro.
Mar del Coral: este mar de poca profundidad sirve de lecho para el archipiélago conocido como Las Mil Islas. Las rutas marítimas entre los arrecifes de coral son peligrosas y tan solo unos pocos capitanes se atreven a recorrerlas. Pero el peligro tiene su fruto, llegar hasta occidente supone el regreso con mercancías exóticas. Por si fuera poco el peligro del lecho marino en si, los ataques piratas son frecuentes ya que encuentran fácil refugio en la infinidad de islas del archipiélago. Algunos lobos de mar cuentan que en la zona más profunda se encuentra una ciudad submarina habitada por criaturas humanoides.
Las Mil Islas: entre las peligrosas aguas poco profundas del Mar del Coral se encuentra el archipiélago conocido como Las Mil Islas. Cada una de las islas puede ser completamente diferente a las demás. Tribus de caníbales, guaridas de piratas, islas desiertas con tesoros enterrados, campos de prueba de hechiceros, o civilizaciones adoradoras de los Dioses de las Profundidades pueden encontrarse por igual. El archipiélago se extiende hasta casi alcanzar la costa de Occidente, permitiendo una ruta fuera del alcance de los monstruos que rondan el Mar de las Espumas.
El Fétido: las pestilentes aguas de estas marismas son el hogar de algunos humanos que viven de la pesca y en ocasiones desplazándose hasta Uvaleh para comerciar, donde no son muy apreciados. Las comunidades de Fétidos, como en Uvaleh llaman a los moradores del pantano, son escasas y diseminadas por todas las marismas. Pese a la presencia humana las marismas son el hogar de multitud de criaturas hostiles: cocodrilos, trolls, catoblepas e incluso algún dragón negro.
Lo Salvaje: se trata de una profunda y peligrosas jungla en la que la presencia humana se limita a unas pocas tribus de salvajes que habitan en las zonas más exteriores. El las profundidades pueden encontrarse todo tipo de criaturas peligrosas y restos de antiguas civilizaciones. Bullywugs, bugbears y yuan-ti moran en la jungla (I1 - Dwellers of the Forbidden City?), y en el lado mas occidental pueden encontrarse las ruinas devoradas por la jungla de ciudades y asentamientos Imperiales.
Cinco Lagos: entre las cumbres más altas del Trono Imperial se encuentran cinco grandes lagos que no serian de mas importancia de no ser por las criaturas que allí habitan. Cinco poderosos seres (elementales, fatas o los dioses saben que) emplean como guarida cada uno de los lagos y mantienen una eterna lucha que se remonta a siglos por conquistar los lagos de los demás. Cada uno de ellos tiene a su servicio multitud de adoradores y no dudarán en tratar de hacerse con el apoyo de cualquier otra fuente de poder, como un grupo de aventureros, para conseguir sus planes.
Trono Imperial: la alta cadena montañosa al sur de la región alberga el reino enano de Kalazor. A diferencia de Kahar Matul los enanos de Kalazor pudieron sobrevivir al cierre de sus puertas, ya que tan solos cerraron las mas accesibles, dejando fortalezas y accesos a lo largo de las cumbres del Trono, lo que les permitió refugiarse bajo el sol cuando las cosas se pusieron feas y contraatacar para recuperar sus salones. Aún así, el reino se encuentra en una guerra continua con el resto de habitantes de las montañas y las profundidades.
La Gran Carretera: construida durante el Imperio para comunicar las principales ciudades ésta carretera se encuentra en desuso e incluso desaparecida por completo en algunas zonas. Torres de vigilancia protegian el comercio que recorría la calzada, separadas entre ellas aproximadamente cada 20 kilómetros. Ahora las torres son meras ruinas o guaridas de monstruos. Las piedras de la calzada y algunas de sus torres desaparecieron hace ya siglos, empleadas por los habitantes de la región para nuevas construcciones. Restablecer esta carretera y su seguridad supondría un gran avance para el resurgir de la civilización.
Sin duda "La Gran Batalla", "El Bosque de los Susurros" y "El Espejo" son mis regiones favoritas :)))
ResponderEliminar@Maestro: Me alegro que te hayan gustado. La que tengo más pensada ahí es La Gran Batalla, el bosque de los susurros y el Espejo aún son tan solo el germen de lo que serán.
ResponderEliminarCuando vaya concretando cosillas ya os iré contando :D