domingo, 6 de febrero de 2011

Cuaderno de Bitácora

Finalmente los esfuerzos del grupo de aventureros habían producido resultados.

Habiendo sorteado la mayor parte del segundo nivel de la guarida de la Naga, la tenacidad de Woodland, inspirada por los relatos en los que siempre hay una puerta secreta tras el altar, habían conseguido que los aventureros llegasen a la guarida de la señora del dungeon pillandola por sorpresa.

Ahora el cadáver de Esplictica Defilus yacía en el suelo, apuñalada y achicharrada.

Tras recoger los tesoros de su guarida los aventureros encontraron medio enterrado en el barro, cubierto por las monedas y joyas, los restos de lo que parecía un cuaderno de bitácora de un marinero. Tan solo la última página y un mapa se había salvado de la humedad y las aguas del pantano. La página podía leerse así:

Cuando finalmente terminó el temporal, nos encontramos a aproximadamente siete días de negación normal al sur de Ajren, en el archipiélago de Thanegioth. Nos reabastecimos, reparamos el barco, y cambiamos la mercancía restante con los pueblos de nativos a lo largo de la costa de varias islas. Algunos nativos eran amistosos, pero otros eran hostiles, y atacaban nada más vernos. Tengo sospechas de que los pueblos hostiles estaban llenos de caníbales.

Bordeamos las costas de varias islas, navegando al sur y al este hasta que alcanzamos una pequeña península separada de la isla principal por un impresionante muralla de piedra. Fuimos recibidos por los nativos de Tanaroa, el pequeño pueblo que protegía las murallas. Los nativos no tenían nombre para la isla más grande salvo el de “La Isla del Terror”. Su pequeña península era conocida simplemente como “hogar”.

Los nativos nos contaron historias de una antigua ciudad en la meseta central de la isla, que había sido construida por la misma gente que construyó la muralla. Los nativos llamaban a los constructores “los dioses”, pero me di cuenta que los nombres de los dioses y los nombres personales de los ancestros del clan eran habitualmente los mismos, por lo que sospecho que sus ancestros y los constructores fueron uno y lo mismo. Creo que los nativos una vez tuvieron una cultura mucho más avanzada y que los descendientes de los constructores habían vuelto a un estado más primitivo

Se rumorea que la ciudad del interior esta llena de tesoros más allá de la imaginación. En particular, he escuchado historias persistentes sobre una gran perla negra de “los dioses” que aún se encuentra en la ciudad. El fondo de las aguas de la isla es abundante en perlas, por lo que los rumores de la perla negra podrían ser bien verdad.

Me hubiese gustado explorar el interior para verificar los rumores sobre la ciudad misteriosa, pero murieron demasiados de mis hombres en la tormenta o a las lanzas de los caníbales. Solo quedamos cinco de nosotros, y tan solo yo soy aventurero profesional, los demás son solo marineros. Podemos gobernar un barco pequeño lo suficientemente bien, pero en tierra, en territorio hostil, estaríamos sin ayuda. Una vez volvamos a Ajren debo ser capaz de reclutar una nueva tripulación y un grupo de aventureros profesionales. Entonces volveré a reclamar la gran perla negra.

Una cosa que he podido hacer antes de irme: hemos navegado alrededor de la isla y hemos hecho el mejor mapa que hemos podido. Tenemos miedo de tocar tierra, ya que los pescadores del pueblo nos han avisado que tratar de desembarcar en cualquier parte del interior sería extremadamente peligroso, ya que las costas son rocosas y sin playas. Por lo tanto, el mapa solo muestra las áreas costeras que podíamos mapear desde el barco, pero es mejor que nada.

Los aventureros tras acabar con la Naga y liberar al pueblo de Orlaene, emprendieron su camino de vuelta a Ajren, para entrenar y preparar una expedición a la "Isla del Terror"...

Efectivamente, el grupo consiguió el viernes terminar con la amena que tenía controlados a los habitantes de Orlane. En una sesión cargada por la suerte, que les permitió llegar por el camino más corto (evitando así innecesarios encuentros) a la guarida de la Naga, y además por sorpresa, los aventureros consiguieron terminar con la amenaza que representaba, cogieron su tesoro y huyeron de la guarida sin terminar de explorarla (se dejaron un buen pellizco, pero salieron con vida).

Como podéis ver les he soltado un gancho para jugar "X1 - Isle of Dread", aunque esta en su mano ir o dirigirse de vuelta a Stonehell. Desde mi punto de vista, el dirigir X1, me va a permitir de antemano probar el juego Sandbox (en el que soy novato) y así tratar de evitar errores en el que yo ando preparando.

Como os prometí, en breve tendréis el resumen de las sesiones y reseña de "N1 - Against the Cult of the Reptile God".

Y pronto escucharéis las andanzas de los aventureros en "La Isla del Terror".

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