Uno de los motivos por los que he decidio hacer un sandbox tan extenso y con tan poca civilización es tratar de introducir por primera vez el D&D End Game.
La mayoría de los juegos tienen un final: arruinas a tus amigos en Monopoly, descubres al asesino en Cluedo, escapas de Colditz o matas a Arthas en WOW.
Una de las cosas que caracterizan a los juegos de rol es que el final no está definido, termina cuando tu quieres que termine.
Pero si miramos atrás a los viejos manuales de AD&D, en mi caso de 2a edición, se entreveé que había un final.
Si te fijas en las descripciones de las clases los personajes de nivel 9+ comenzaban a poder construir fortalezas y atraer seguidores. Esto, evidentemente, no tenía porque ser el "End Game" pero era un momento perfecto para retirar a tu viejo PJ y que pasase a manos del DM hasta que la aventura volviese a llamarle.
Pues bien, la idea del Sandbox es que con el tiempo, imagino que años, los personajes tambien se retiren: quizás el jugador deje de jugar por un tiempo, el grupo muera en casi su totalidad o simplemente el jugador piense que es un buen momento para retirar a su personaje.
Y ahí es donde entra en juego la extension del Sandbox. Hay sitio de sobra para que los personajes construyan sus señorios y lleven la civilización a los salvaje. Tribus de humanoides que erradicar para hacer segura la región. Ciudades que fundar, templos que construir, rutas comerciales que abrir y gremios que formar.
En fin, quiero dar la oportunidad a mis jugadores de ser los padres de los PNJs mascas del mundo, igual que la tuvieron los jugadores del viejo Gary.
En fin, al igual que estamos haciendo con Ajren, pero de forma ligeramente diferente, construir un mundo de fantasia entre todos.
Sobre el End Game es particularmente interesante este artículo del Greyhawk Grognard.
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